Esta lesión suele tratarse con éxito mediante el uso de plantillas ortopédicas que alivian la tensión sobre la zona haciendo que los movimientos sean menos dolorosos. Las férulas nocturnas y los ejercicios de estiramientos también son efectivos para eliminar o disminuir el dolor. En caso de que aparezcan inflamaciones, se pueden tratar mediante infiltraciones de fármacos antiinflamatorios.
El avance en las técnicas quirúrgicas ha propiciado que el espolón calcáneo pueda corregirse mediante una intervención. Mediante la operación se hace una resección o eliminación del espolón con una mínima incisión de dos o tres milímetros en la piel hasta llegar a la prominencia ósea.